Comodidad

La esencia de todos los sentidos

Sabemos que el análisis sensorial es vital para garantizar algunas de las cualidades esenciales de nuestros relojes.

Aunque diseñamos continuamente métodos más elaborados para verificar escrupulosamente sus rendimientos mecánicos y cronométricos, somos conscientes de que a veces ningún control automatizado puede remplazar lo que sentimos, vemos u oímos. Por ejemplo, la mano que aparece aquí se encarga de evaluar la sensación que produce la textura de la caja del reloj.

Estos expertos acarician cada superficie del reloj. Verifican cada asa, brazalete y cierre montado y pulido en nuestros talleres. Tras años de práctica, sus dedos y ojos han adquirido una sensibilidad que ningún instrumento de medida puede superar.

Brazalete

Sabemos que el análisis sensorial es vital para garantizar algunas de las cualidades esenciales de nuestros relojes. Gracias a estos sentidos agudizados, nuestros relojes son incomparablemente duraderos y cómodos. Hasta tal punto que puede que se olvide de su presencia.

Con un único vistazo o roce, pueden detectar la más mínima imperfección en el acabado brillante de nuestro oro de 18 quilates, o la irregularidad más pequeña que pudiese alterar el acabado satinado y la integridad de nuestra aleación de acero Oystersteel. Gracias a estos sentidos agudizados, nuestros relojes son incomparablemente duraderos y cómodos. Hasta tal punto que puede que se olvide de su presencia.

El «savoir‑faire» relojero de Rolex

Excelencia en desarrollo