Esta iniciativa permitió a Rolex garantizar que todos los relojes producidos en sus talleres pudieran recibir el mejor mantenimiento posible y, por consiguiente, conservar sus excelentes prestaciones. Es por ello que cada uno de los relojes estampados con la corona está preparado para cumplir plenamente con sus funciones sin límite de tiempo, transmitirse de una generación a la siguiente y vivir, así, varias vidas.
El fundador de Rolex Hans Wilsdorf, visionario pionero, supo prever el éxito que conocería el reloj de pulsera en la primera mitad del siglo XX.
El fundador de Rolex Hans Wilsdorf, visionario pionero, supo prever el éxito que conocería el reloj de pulsera en la primera mitad del siglo XX.
Convencido de que tenía que ofrecer exclusivamente relojes fiables y duraderos a su clientela, deseaba que cada uno de ellos fuese un «embajador de calidad». Por este motivo, además del mimo puesto en el diseño y fabricación de los relojes, en su concepción se incluía un servicio posventa eficiente y con presencia en todos los países en los que se distribuía la marca.
Una red mundial de Centros de Servicio Rolex
Rolex dispone de una red mundial de centros de servicio que se dedican al mantenimiento de los relojes fabricados en sus talleres. Nuestros centros, a la vanguardia de la tecnología, cuentan con relojeros que han recibido formación basada en unos estrictos criterios de excelencia que Rolex evalúa con regularidad. Desde el ajuste de la longitud del brazalete a la reparación completa, todas las operaciones relacionadas con el mantenimiento de un reloj Rolex pueden confiarse al Servicio Mundial Rolex.
Una garantía de calidad y resistencia
La calidad de un reloj Rolex se basa esencialmente en su extrema fiabilidad y en su resistencia al desgaste. Desde que se fundó la marca, relojeros e ingenieros, acompañados posteriormente de científicos, han desarrollado una cultura de innovación y elaborado un savoir‑faire único en términos de diseño y fabricación de relojes.
Así, Rolex ha registrado más de 600 patentes a lo largo de su historia y rebasa sin descanso los límites del arte relojero. Los relojes Rolex se salen de lo común. Están diseñados para funcionar a la perfección en el presente, en el futuro y más allá.
Desde sus inicios, la marca adquirió el compromiso de producir exclusivamente relojes de calidad; sus requisitos de fiabilidad y durabilidad prevalecen durante el proceso de desarrollo de cada pieza, guían las diferentes etapas de su fabricación hasta su salida de los talleres y perduran durante el momento del mantenimiento cuando este sea necesario.
Formación y servicio posventa
Con el fin de poder reclutar para sus centros de servicio posventa a los mejores relojeros y relojeras recientemente titulados, Rolex se encarga desde un principio de apoyar en su proceso de formación a quienes aspiran a dedicarse a algún oficio del ámbito de la relojería. La marca se plantea su contribución a esta formación de distintas maneras en función de las regiones del mundo, ya que no todas muestran la misma tradición relojera.
El servicio constante de la excelencia
Para aspirar a la excelencia en todos los aspectos de la creación y la fabricación de un reloj, Rolex siempre ha confiado en las habilidades humanas más sobresalientes y en experimentados equipos de especialistas, y ha recurrido a los medios técnicos más avanzados. Este enfoque ha desembocado en logros pioneros que han revolucionado el universo del reloj de pulsera y sigue conduciendo hoy en día a innovaciones inéditas.
La calidad de los relojes Rolex nace de la combinación entre la pasión por la innovación y la búsqueda constante de la excelencia, un tándem que ha forjado la historia de la marca.