Materiales

Esto es acero Oystersteel, un acero de alto rendimiento de grado 904L producido para Rolex desde 1985. Esta aleación de acero inoxidable, una vez pulida, mantendrá su brillo y su belleza en cualquier circunstancia. De entre los 3500 grados industriales existentes, es el único acero que está a la altura de nuestros estándares.

Rico en cromo y molibdeno, es extremadamente resistente a los golpes y la corrosión. Aunque aún no es lo suficientemente duro para nosotros. Por eso lo inspeccionamos a escala microscópica, desde el moldeado hasta los procesos de imprimación, para controlar y refinar su microestructura antes del mecanizado, y vamos mejorando las propiedades mecánicas de la aleación sobre la marcha. Por último, revelamos su extraordinario brillo aprovechando el savoir-faire de nuestros pulidores. Solo entonces lo podemos llamar «Oystersteel». Sin embargo, el principal examen que tiene que pasar no es nuestro minucioso análisis de su estructura, y tampoco lo es el pulido. El verdadero desafío es el que le espera en el mundo real, cuando se enfrente a los imprevistos del día a día y a las condiciones extremas que la naturaleza pone en nuestro camino.

Esto es Rolesor. Se trata de un exclusivo diseño desarrollado en la década de 1930 que combina acero y oro. Su estética atrevida, que aúna resistencia y nobleza, es un sello distintivo de nuestra marca y se ha convertido en un símbolo de unión.

Es una alianza que se ha creado pensando en cada detalle y, gracias a nuestro oro amarillo, blanco o Everose de 18 quilates, resalta algunos de los elementos más emblemáticos de nuestros relojes, como el bisel, el brazalete y la corona. Rolesor es esa combinación perfecta que nace de los contrastes y abre todo un mundo de posibilidades.

Este es nuestro oro amarillo de 18 quilates. A primera vista, es como cualquier otro. Sin embargo, solo se puede encontrar en nuestros relojes: lo elaboramos en nuestra propia fundición, ubicada en la sede de Plan‑les‑Ouates de Ginebra. Pero ¿por qué nos tomamos la molestia de integrar un proceso industrial tan complejo y laborioso? 

Simplemente porque es la única forma de garantizar la pureza y la homogeneidad de este oro hasta el último átomo. El oro de 24 quilates en estado natural es muy maleable, así que se debe mezclar con plata y cobre para que sea verdaderamente resistente. Solo cuando se dominan todas las etapas de la transformación, desde la colada hasta el moldeado final, puede la aleación obtener las cualidades incomparables que caracterizan a nuestro distintivo oro de 18 quilates. Cuando se mira de cerca, es fácil ver que esta aleación no solo es preciosa. Es única.

Esto es oro Everose, nuestra exclusiva aleación de oro rosa de 18 quilates con un color inimitable. Presentada en 2005, tiene un resplandor y una resistencia excepcionales. Ha sido desarrollada por nuestros expertos y contiene al menos un 75 % de oro, un 20 % de cobre, y también paladio e indio.

Su fórmula exacta es secreta, pero lo que no se puede esconder es su característica más deslumbrante: su tonalidad, incomparable e imperecedera. Para supervisar en todo momento la calidad de estas aleaciones, las elaboramos en nuestra propia fundición en Ginebra. Y allí es también donde se forja nuestra disciplina, que nos empuja a no conformarnos nunca y a mejorar lo que ya existe. Como ciertas propiedades físicas y químicas que hemos aprovechado y explotado hasta crear una aleación a la altura de nuestros criterios de calidad, y que destaca por sus intensos matices dorados y rosados, propios de la aurora. Porque ha nacido para llenar de luz su muñeca.