El Day‑Date se diseñó originalmente para ser un instrumento valioso de uso diario. Gracias a una proeza relojera sin precedentes en aquella época, ofrecía una solución para aquellos que necesitaban una maestría absoluta de su calendario personal: el Day‑Date fue el primer reloj de pulsera cronómetro, automático y hermético en indicar, además de la fecha, el día de la semana con todas las letras. Ambos cambian de forma simultánea a medianoche. Este cambio revolucionario continúa fascinando casi setenta años más tarde.
Logros
ejemplares
Un nuevo día comienza
Si el tiempo lo cambia todo, este minuto lo cambia como ningún otro. Cuando llega la medianoche, el Day‑Date crea un puente entre el pasado y el futuro, entre lo que se ha conseguido y lo que queda por vivir. Desde 1956 da testimonio de los grandes momentos de la historia en la muñeca de visionarios, virtuosos y pioneros. Aquellos que hacen de cada día una promesa para el futuro.
El Day‑Date es el reloj de un mundo global, multicultural y en constante cambio.
El equilibrio entre la elegancia y la excelencia técnica
Reconocible inmediatamente, su diseño único ha forjado su identidad. En su lanzamiento, el Day‑Date fue el único reloj con una ventana semicircular a las 12 horas que mostraba el día de la semana con todas las letras. Con su emblemático brazalete President, únicamente disponible en metal precioso —oro o platino—, es el reloj de prestigio por excelencia.
Único y universal, el Day‑Date habla el idioma de quien lo lleva
Aunque los días sean iguales en cualquier parte del mundo, se escriben de manera diferente según el idioma. El Day‑Date expresa la identidad cultural de quien lo lleve usando la mayoría de los sistemas de escritura: latín, árabe, cirílico, hebreo, japonés, ideogramas chinos e incluso el alfasilabario ge’ez utilizado en el Cuerno de África. Es realmente un reloj internacional, universal y personal.
Un preciado aliado
Famoso por ser el «reloj de los presidentes» del pasado y la inspiración de los líderes del futuro, el Day‑Date adorna las muñecas de hombres y mujeres excepcionales que dedican sus vidas a la realización de sus ideales. Las décadas vienen y van, pero el Day‑Date permanece donde siempre ha estado: a la vanguardia de la modernidad.